Cultivémonos: sample se define cotidianamente como "muestra". Cuando hablamos de música, ese término designa un pedacito (o muestra) de canción que se inserta en una pista para hacerla otra canción. Básicamente así funciona este término y es una práctica muy popular en ritmos como el Hip - Hop y es el arma favorita de DJ's serios y no tan serios.
Esta técnica es popular y tiene su chiste. No cualquiera arma una canción, mucho menos un disco a base de retales de melodías, muchas de las cuales poseen derechos de autor lo que dificulta la internacionalización de una banda australiana en un sello discográfico con poco presupuesto. Me agrada definirlos como los apóstoles del sampleo.
¿Por qué digo esto? porque en su primer disco, que por cierto salió hace 16 años, se cuentan más de 3500 fragmentos de otras canciones. Un collage sonoro elaborado con virtuosismo y meticulosidad que se tradujo en un material que los sacó de Australia y los dio a conocer muy arriba en las listas de popularidad en todo el mundo.
Este disco no se separa de la tradición (si es que se le puede llamar tradición a un solo disco en su haber), lleno pero no saturado de sampleos. Resulta muy agradable en toda la hora que nos regala este digno sucesor de aquél Since I Left You que nos dio la bienvenida al nuevo milenio y con el que aún sigo disfrutando.
Ignoro la razón de que se hayan tardado tanto en entregarnos su segundo disco, y no la quiero saber. Prefiero escucharlo y compartírselo. El disco se llama Wildflower y es todo suyo.
Ignoro la razón de que se hayan tardado tanto en entregarnos su segundo disco, y no la quiero saber. Prefiero escucharlo y compartírselo. El disco se llama Wildflower y es todo suyo.
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