lunes, marzo 30, 2015

Honestidad Brutal

"En el fondo es tan hondo mi dolor, 
porque me voy y no se puede cambiar 
de corazón como de sombrero, 
sin haber sufrido primero"

Abriré este espacio con una frase que, creo, es un axioma: no es sencillo confiar en la gente.

Y es que la relación entre confianza y honestidad es indisoluble.

Porque es tan sencillo como cuando te piden honestidad y no la entregas. Y viceversa, desde luego. Hay veces que te ponen una chinga por confiado y hay otras que madreas gacho a la gente que espera que la confianza que te entrega sea, cuando menos, recíproca. Y por lo regular, de esos intercambios solo puede desprenderse un doloroso "hasta siempre", y ahí es cuando vale madre todo, porque esas despedidas, aunque quizá a la larga aligeren tu carga, suelen ser ojetes.

Mientras uno va creciendo y aprendiendo, se van capoteando con cada vez mayor hidalguía estos encuentros. Puedes convertirte en una persona que confía demasiado en la gente, o bien, puedes convertirte en un ser que no confía ni siquiera en los objetos inanimados. Yo creo que me he acomodado en el primer grupo. Y no me arrepiento, sin embargo, es momento para introducir en este texto una sincera disculpa dirigida a aquéllos quienes me han pedido honestidad y no la he entregado. Eso sí lo lamento.


Al final de cuentas, en la música sí podemos confiar abiertamente. La buena música suele ser honesta y de ella difícilmente nos despediremos jamás.

Les dejo este disco, que es doble; que cumple casi 16 años; que es de los mejores de Calamaro y cuyo título motivó esta diminuta perorata.

--I.--


No hay comentarios.:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...