Siempre es agradable escuchar las novedades de tus bandas favoritas, aunque provengan de solo una parte de ellas.
Me explico: los Libertines son, fácilmente, de mis tres bandas preferidas. De esas que podrías escuchar todos los dias y cuyos discos te llevarías, sin dudarlo, a la famosa isla desierta de la que siempre preguntan. Sin embargo, sus genios y delanteros, Pete Doherty y Carl Barat, tomaron caminos separados y estoy por compartirles el más reciente material de la banda del primero de ellos.
A pesar de ser considerado un bad boy ejemplar en el Reino Unido, con todo y su caótico romance de subeybajas, excesos e indulgencias con Kate Moss y de ser el culpable de la casi desaparición de los Libertines (el muy cabrón), Doherty ha tenido más éxito con su banda que Barat con su Dirty Pretty Things, de tal forma que este disco es, en verdad un suceso del otro lado del charco.
Y es un suceso para mi, en particular, pues después de escucharlo, extraño un poco menos a los Libertines. No es broma. Rock bien hecho y que no sale del estándar.
Sequel to the Prequel se llama esta obra de arte.
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--I.--
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